Periodista industrial y divulgador del concepto industria 4.0
Durante esta pandemia, la venta de bienes de capital quedó reducida a prácticamente nada. Aunque sin números oficiales todavía (y hablo de oficiales porque reales son prácticamente imposibles de obtener en esta materia en nuestro país), la retroalimentación obtenida de algunos distribuidores y representantes de máquinas herramienta me deja claro que lo que se instaló en 2020 fueron, en la mayoría de los casos, proyectos ya firmados en 2019. Pero incluso algunos de estos fueron detenidos o hasta cancelados.
El duro revés para los vendedores de maquinaria no lo fue tanto para periféricos (como elementos de sujeción y fijación) ni para consumibles como son herramientas de corte. Más aún, para actividades como el mantenimiento y el desarrollo de soluciones integrales de control y automatización de procesos de manufactura discreta, la crisis no los vapuleó tanto, y es probable que las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) hayan tomado el escenario de la crisis de la pandemia para la representación y muestra de sus capacidades. Esto lo constataremos en los meses por venir, cuando las restricciones sanitarias mengüen.
Al menos en ámbitos administrativos, los sistemas de videoconferencia y la multifacética funcionalidad de los teléfonos inteligentes mostró que las TIC estaban ya lo suficientemente maduras como para que las empresas requirieran puestos de trabajos físicos en locaciones comunes. Además de un respiro para la movilidad, esto significó un reto para los modelos de trabajo en equipo y la disciplina individual para enfocarse y administrar de manera efectiva las tareas más allá del cumplimiento de horarios.
Para las plantas industriales, donde la necesidad de operar y supervisar un proceso es en muchos casos ineludible, las tecnologías de la información juegan un papel diferente y tiene que ver con la gestión de datos emanados del desempeño de la producción y la incorporación de componentes que permitan la comunicación y la automatización. El operador, más allá de ser un “aprieta-botones”, evoluciona entonces hacia tareas de administración y análisis orientados a esquemas estructurados de mejora continua como los acuñados en prácticas Lean.
El operador, más allá de ser un “aprieta-botones”, evoluciona entonces hacia tareas de administración y análisis orientados a esquemas estructurados de mejora continua como los acuñados en prácticas Lean.
Si bien, ese campo también aspira a ser reclamado por las TIC a partir de modelos de inteligencia artificial bajo el concepto “machine learning”, esto no debe dar lugar a actos elucubración en torno a futuros distópicos, ni de lisonjas para la inteligencia artificial y la robótica; sino tiene que generar una profunda reflexión sobre la orientación técnica y de capacitación para el personal de la planta, sobre todo en un país como el nuestro, cuyo valor, competitividad y complementariedad en cadenas productivas globales está centrado, nos guste o no, en un mayor grado de mano de obra.
Con el arranque de 2021, se presentan algunas señales que indican que la venta de maquinaria comenzará a crecer como respuesta a nuevos proyectos, sobre todo relacionados con modelos en la industria automotriz (cuya producción espera ser reanimada este año). No obstante, la derrama de compras empezará en las altas gamas y alcanzará los pequeños talleres (Tiers 2) probablemente meses más tarde.
Nos queda observar si estas máquinas, a partir de su arribo, se apalancan con procesos mejor enlazados en términos de comunicación y gestión de la información, y si la adopción (aunque de manera paulatina) del concepto Industria 4.0 sucede como resultado de haber sido mejor entendido durante el tiempo de reflexión ofrecido por la pandemia, tal y como hoy parece evidente en áreas administrativas con otras herramientas TIC.